jueves, 20 de mayo de 2010
Las Gemas y los Chakras
CHAKRA - GEMA
VII - CORONARIO Amatista, diamante,malaquita,cuarzo claro,turmalina verde
VI - TERCER OJO Amatista, esmeralda, jade , opalo rubí, zafiro
V - LARINGEO Aguamarina, citrino, lapislázuli, turquesa
IV - CARDIACO Jade, malaquita, rubí, turmalina verde, turmalina rosa
III - PLEXO SOLAR Aguamarina, citrino,esmeralda, jade, perla, turquesa
II - OMBLIGO Citrino, jade, opalo, cuarzo claro, turmalina verde
I - BASICO Amatista,aguamarina,coral, agata fuego, granate, jade, rubí
Las gemas y su conexión con los chakras del cuerpo humano
El sistema empleado en curacion por los cristales es algo distinto del metodo original aplicado y descubierto en la India,
ya que en el pais asiatico los chakras son 7 (siete).
Chakra Sahasrara, chakra coronal, también denominado centro de la coronilla o flor de loto de mil pétalos se sitúa en el centro superior de la cabeza y es el asiento más importante de la conciencia en el interior de la estructura cerebral. Es la puerta de entrada la conciencia del ser humano, tiene la llave que puede así abrir la puerta cuando desea conectarse con los tres chakras transpersonales supremos. Este chakra presenta una peculiaridad de actuar en forma de vórtice o de doble hélice; su energía asciende en espiral hasta conectar con la unidad suprema y a la vez es dirigida al cuerpo físico.
Amatista: El fuego rojo de la actividad y la luz azul de la sensibilidad, del silencio y de la amplitud se unen en la amatista en una nueva fuerza. La amatista proporciona una tranquilidad llena de vida en la que se disuelven las angustias y las inarmónicas, y transmite confianza y entrega a las fuerzas del universo. Dirige el espíritu hacia la infinitud y favorece la meditación y la inspiración.
Cristal de roca: El cristal de roca guía al hombre a una totalidad mayor que aúna en sí armónicamente la variada multiplicidad de la vida. Aporta claridad y luz al espíritu y al alma y promueve el conocimiento espiritual. Ayuda al alma a unirse con el alma universal. Además, disuelve los estancamientos y bloqueos, proporciona protección y da nueva energía.
Chakra Ajna, chakra frontal o tercer ojo, ojo de la sabiduría, también llamado ojo interior o chakra de las órdenes está situado entre las cejas, es el llamado ojo del alma. Este chakra escolta la mente hacia el conocimiento interior , la intuición y a la sabiduría. El ser humano se ha sido dotando de los recursos mentales necesarios para establecer un puente consciente que enlace el tercer ojo con el chakra corona. Cuando hemos construido ese puente el tercer ojo puede admirar por siempre el cometido divino y personal del individuo, sin que por ello el cuerpo haya de renunciar a sus atividades cotidianas.
Lapislázuli: En el color profundamente azul del Lapislázuli se insertan, al igual que las estrellas sobre un cielo nocturno, inclusiones doradas de pirita. Transmite al alma una vivencia de seguridad en el cosmos y la abre para la vida infinita en el universo. Guía el espíritu hacia el interior, potencia su fuerza y le ayuda al conocimiento de relaciones jerárquicamente superiores. Al fomentar la intuición y la visión interior, permite reconocer el sentido oculto y las fuerzas que actúan detrás de las cosas; además, transmite una profunda alegría sobre los milagros de la vida y del universo.
Zafiro añil: Un zafiro claro y transparente abre el espíritu para el saber cósmico y las verdades eternas. Sus vibraciones provocan una depuración, transformación y renovación del alma y del espíritu. Constituye un puente entre lo finito y lo infinito,y hace que la conciencia fluya junto con el río del amor y el conocimiento divinos.También da transparencia al alma que busca en la vía espiritual.
Sodalita: La Sodalita de color azul oscuro clarifica el entendimiento y lo faculta para los pensamientos profundos. Su serena radiación aporta serenidad y fortalece los nervios. La sodalita también contribuye a disolver patrones de pensamiento viejos. Transmite la confianza y la fuerza para defender el propio punto de vista y para transmitir ideas y conocimientos en la vida cotidiana.
Chakra Vishuddha, también denominado chakra del cuello o la garganta, o centro de comunicación se encuentra en el espacio diminuto donde se juntan las clavículas. Este centro de energía a medio camino entre la cabeza y el corazón, sirve para expresar verbal y claramente cuanto pensamos y sentimos. EL poder de las palabras y de toda manifestación verbal debería canalizarse por medio de este chakra. Cuando está sobre activado el sujeto se pierde en lo mental, se refugia en el concepto y la palabra hasta confundirse.
Aguamarina: El color azul luminoso de la aguamarina es como el mar en el que se refleja un cielo despejado. La aguamarina ayuda al alma a convertirse en un espejo para la infinita amplitud del espíritu. Favorece la comunicación con el yo más interior y aporta luz y transparencia a los rincones más ocultos del alma. Sus vibraciones aportan al alma pureza, libertad y amplitud, con lo que aquella puede abrirse a una clarividencia visionaria y a un entendimiento intuitivo, y también ayuda a expresar libre y creativamente este saber. Bajo la influencia de la aguamarina, el alma puede convertirse en un canal para el amor desinteresado y la fuerza curativa.
Turquesa: La turquesa, en cuyo color se aúnan el azul del cielo y el verde de la tierra, conjuga los ideales elevados del espíritu con la fuerza original de nuestro planeta. Ayuda a expresar ideas y conocimientos intelectuales y a integrarlos en la vida sobre la Tierra. Además, atrae energías positivas y protege al cuerpo y al alma de los influjos negativos.
Calcedonia: La calcedonia blanca y azul tiene un efecto positivo sobre la glándula tiroides. Posee una influencia sedante y equilibradora sobre el estado de ánimo, reduce la irritabilidad y la hipersensibilidad. Gracias a su influencia sedante, abre el acceso a la inspiración interior y propicia el lenguaje y la escritura.
Chakra Anahata, también llamado chakra del corazón o centro cordial se situa en el centro del pecho y es vinculo del amor incondicional. Esa es la zona del cuerpo donde la divinidad impersonal halla mayor expresión de compasión humana. Cuando es excesivamente grande, el sujeto “tiene demasiado corazón”. Es afectado en exceso por lo que sienten los demás. Puede ser muy bondadoso, pero es fácilmente manipulable, ya que tiende a sufrir en exceso la desgracia ajena. Cuando está poco desarrollado la persona tiene pocos sentimientos (no confundir con emociones = plexo solar). Su corazón es estrecho y no es afectado por el sufrimiento ajeno, excepto quizá el de una o dos personas o animales muy próximos, pero tampoco disfruta del bienestar de los otros.
Cuarzo rosa: La delicada y rosácea luz del cuarzo rosa favorece la suavidad, la ternura y el amor. Envuelve tu alma en una vibración amorosa en la que pueden sanar las heridas del corazón originadas por la dureza, la brutalidad o la falta de atención, y puede abrir tu alma cada vez más al amor y darle más amor.Abre tu corazón para la manifestación del amor y de la dulzura que hay en ti, en otras personas y en la creación. También te hace sensible a la belleza de la música, la poesía, la pintura y otras artes, y estimula tu fantasía y tu capacidad de expresión creativa.
Turmalina: La turmalina rosa-roja te saca de las estructuras sentimentales indolentes; abre y ensancha tu corazón. También abre tu conciencia al aspecto alegre y jovial del amor. Te une con la manifestación femenina del amor divino,que se expresa en la belleza de la creación, en la jovialidad despreocupada, en la danza espiritual y en el juego. De esta forma integra las diferentes manifestaciones del amor mundano y divino.
También es particularmente idónea para el chakra cordial la turmalina rosa con un reborde verde, que con frecuencia se obtiene cortada en discos (turmalina de sandía). Aquí, las cualidades de la turmalina rosa-roja se encuentran
insertas en la vibración curativa y armonizadora del verde.
Kunzita: En la kunzita se unen el delicado rosa del amor superior y el violeta del chakra coronal, que apoya la unificación con lo divino. Abre tu chakra cordial al amor divino. Te ayuda a hacer crecer el amor de tu corazón hacia el altruismo y la percepción. Para ello te proporciona orientación y te lleva de vuelta siempre por este camino.
Esmeralda: La esmeralda es el amor del universo, puesto que intensifica y profundiza el amor en todos los planos. Da paz y armonía y te pone en concordancia con las fuerzas de la naturaleza. También te desafía a hacerte igual a su luz radiante y te muestra las áreas en las que aún no sucede así. La esmeralda atrae energías curativas del cosmos en dirección a la Tierra. Regenera, rejuvenece, refresca y tranquiliza.
Jade: La suave luz verde del jade proporciona paz, armonía, sabiduría de corazón, justicia y modestia. Relaja y serena el corazón, te hace descubrir y vivir la belleza de todo lo creado, fomentando así tu estima y amor por la creación. El jade ayuda ante la intranquilidad y el desconcierto, y propicia la conciliación de un sueño apacible y sueños agradables.
Chakra Manipura, o chakra del plexo solar, también llamado centro umbilical, chakra del bazo, chakra del estómago y chakra del hígado. Situado donde acaba el esternón, se separan las costillas y comienza la cavidad abdominal, funciona en armonía con su octava mayor, el corazon. Con su intervención, puede sentirse amor por todas las cosas y criaturas de la tierra.
Ojo de tigre: El ojo de tigre favorece la capacidad visual tanto exterior como interior. Agudiza el entendimiento y contribuye a reconocer los propios errores y a actuar en consecuencia.
Ámbar: El ámbar proporciona calor y confianza. Su fuerza solar te conduce por tu camino hacia una mayor alegría y una luz más clara. Te transmite intuición y te indica cómo puedes realizarte en la vida. De esta forma, el ámbar te echa una afortunada mano en las diversas empresas que emprendes. En el plano corporal purifica y depura el organismo, tiene un efecto equilibrador sobre el sistema digestivo y hormonal y purifica y potencia el hígado.
Topacio: El topacio de color amarillo dorado te llena abundantemente de la energía fluyente y de la luz cálida del sol. Aporta mayor conciencia, vigilia y claridad, alegría y vivacidad. Además, elimina los sentimientos que suponen un lastre y los pensamientos turbios: una ayuda para las angustias y depresiones. Fortalece y estimula todo el cuerpo y favorece la digestión espiritual y corporal.
Citrino: El citrino transmite bienestar, calor y vivacidad, seguridad y confianza. Te ayuda a procesar las experiencias vitales y a integrarlas en la personalidad, así como a aplicar las percepciones intuitivas en la vida diaria. Aporta plenitud, tanto interior como exterior, y te presta apoyo para la realización de tus objetivos. En el ámbito físico favorece la excreción o eliminación de toxinas y ayuda en los trastornos digestivos y en la diabetes. Además, activa la sangre y potencia la actividad nerviosa.
Chakra Svadhistana, también denominado chakra sacro o centro sacro se encuentra a medio camino en el hueso púbico y el ombligo. La energía creativa generadora de vida nace de este chakra y puede por lo tanto emplearse en la procreación de la vida
Cornalina: La cornalina te une con la belleza y la fuerza creadora de esta tierra. Te ayuda a vivir y favorece la concentración. Devuelve el asombro por los milagros de la creación, hace que la vida vuelva a fluir y activa la capacidad de expresión creativa.
Piedra lunar: La piedra lunar te abre para tu riqueza de sentimientos interior. Te une con tu lado esencial sensible, receptivo y soñador, y te ayuda a aceptarlo y a integrarlo en tu personalidad. Absorbe el miedo a los sentimientos y tiene un efecto armonizador sobre el equilibrio emocional. En el plano corporal apoya la purificación de las vías linfáticas bloqueadas, y en las mujeres se encarga de mantener un equilibrio hormonal adecuado.
Chakra Muladhara, también denominado chakra radical, chakra basal o centro coxal se encuentra entre el ano y los órganos genitales, tiene asociados diversos puntos en el medio del hueso pubico y en el centro de la ingle.Este chakra es el punto de arraigo depende la esencia reside permanentemente en el cuerpo humano, sobre imponiendo la conciencia de la corona y el amor incondicional del corazón por encima de los reflejos programados de agresión y huida, inherentes al instinto animal de conservacion.Tiene que ver con nuestra capacidad de avance (vinculación con las piernas), disfrute y autoestima. La autovaloración depende de él y del chacra cardiaco. El sujeto con debilidad en este chacra no disfruta, no intercambia correctamente energía con los demás, rechaza su cuerpo.
Ágata: proporciona seriedad, resistencia y equilibrio. Ayuda a disolver emociones negativas y protege al ser interior. Despierta la valoración del propio cuerpo y actúa de forma constructiva sobre los órganos de la reproducción. Los discos de ágata con una inclusión cristalina introducen en ti una vida creciente (ya sea un niño físico o espiritual), seguridad y protección. Proporcionan confianza y facilita los partos.
Hematites: La hematites da resistencia y fuerza, tiene un efecto potenciador y edificante sobre el cuerpo y moviliza fuerzas ocultas. Por lo tanto, ayuda en estados de debilidad y supone un apoyo para la sanación después de una enfermedad. Además, favorece una formación sana de sangre y células.
Jaspe sanguíneo: El jaspe sanguíneo, de colores verde y rojo, te une con la fuerza elemental y el amor paciente de la «madre Tierra». Te enseña el carácter no utilitario y la modestia, fortalece la sangre, aporta vitalidad y estabilidad, resistencia y paciencia. Purifica y transforma el cuerpo físico, y transmite el sentimiento de seguridad en el ciclo natural de la vida, del que pueden crearse energía y reposo.
Gránate: El gránate aporta energía activa, intensidad de la voluntad, autoconfianza y éxito. Abre la vista para lo oculto hasta llegar a la clarividencia. Estimula la sexualidad y contribuye a modificarla en una fuerza transformadora y constructiva. A nivel corporal, colabora en las enfermedades de los órganos sexuales y estimula la circulación sanguínea.
Coral rojo: El coral rojo proporciona energía vital fluida y fuerza. Tiene un efecto estimulante y vivificador y favorece la hematopoyesis. Da estabilidad, y al mismo tiempo favorece la flexibilidad, de forma que puedes tener seguridad en ti mismo mientras simultáneamente sigues el curso de la vida.
Rubí: El rubí transmite una energía vivificadora, cálida y creativa que lleva a la clarificación y la transformación. Establece un vínculo armónico entre el amor corporal y espiritual, entre la sexualidad y la espiritualidad, a través de lo cual se abren nuevas formas vivenciales.
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